Cuidado Corporal

La elección del protector solar

En pleno mes de Agosto y cuando la mayoría estamos a punto de enfrentarnos a días interminables de playa, se nos presenta la inevitable cita a nuestra perfumería habitual, en busca del protector solar que nos acompañará en estas largas, relajadas y gratificantes jornadas.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que existen protectores corporales y faciales, y dentro de los faciales, específicos para el contorno de ojos. Cada unos de ellos posee una función esencial y específica. Mientras que los corporales protegen, intensifican  e hidratan, los faciales y específico para el contorno de ojos están especialmente ideados para mantener el equilibrio frente a los rayos solares.

Para darnos cuenta de lo importante que es que nuestro protector cumpla su función barrera con los UVB y los UVA, haremos unas puntualizaciones. Los rayos UVA  son los más “potentes” en lo que a su efecto se refiere, sobrepasan cristales, ropa  e incluso llegan a capas internas de la piel, esto es, atravesando la epidermis y causando daños que se traducirán en:  deshidratación, arrugas,  pérdidas de elasticidad o hiperpigmentación.  Los rayos UVB  son los que producen el bronceado y debido a la sobreexposición o inadecuada protección, las quemaduras.

Otro de los puntos a tener en cuenta son los fototipos. Estos se traducen en 4 tipos diferenciados de piel.

Tipo 1. Piel muy clara. Ojos claros. Pecas. Protección muy alta. IP recomendado 50+

Tipo 2. Piel clara. Ojos claros o marrones. Pelo rubio o pelirrojo. Protección alta. IP recomendado 50 a 30

Tipo 3. Piel blanca, ligeramente morena. Ojos y pelo castaño u oscuro. Protección media. IP recomendado 30 a 15

Tipo 4. Piel negra o morena. Ojos y pelo oscuro. Protección baja. IP recomendado menos de 10.

Una vez que tenemos claro que el protector que nos acompañe en las vacaciones tiene que ser:

  • Específico para la zona a usar.
  • Que proteja contra los rayos UVA y UVB
  • Corresponda a nuestro fototipo de piel,

Lo único que nos queda por elegir es la textura que queremos. Se presentan en crema, emulsión (spray o vaporizador) y gel. Cada uno elegirá por su comodidad y necesidades de su piel, puesto que cada una de las pieles, aparte de los fototipo, tiene unas necesidades. Lo recomendable para una piel deshidratada es una textura en crema, que nos mantendrá mucho más confortable. Para piel grasa los geles y emulsiones son los ideales, puesto que matifican y no dejan residuo.

Haciendo una última recomendación, he de señalar que un error común es protegernos sólo cuando vamos a la playa. La nueva generación de protectores de ciudad, nos ofrece SPF50 en texturas fluidas y muy cómodas de llevar. Se aplicarían sobre el tratamiento habitual y el cambio en la piel se nota puesto que evita que factores medioambientales  nos dañen.

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